No entiendo
29.11.2021

 

Yo también intenté entenderlo todo. Me adentré en el misterio cargado de un arsenal de preguntas. Me propuse averiguar de qué material están hechos los engranajes que producen el dolor, la alegría, el orgullo, la nostalgia, la tristeza. Revolví cajones en la mente intentando descifrar actitudes y comportamientos. Catalogué a los otros en estantes, ordenados por habilidades, creencias, ambiciones y miedos. Me desvelé intentando enlazar cada acción con una razón congruente.

Ahora sé que esa búsqueda fue consecuencia de un exceso de confianza, la soberbia burguesa de quien puede derrochar el tiempo formulándose preguntas. O quizá no. Quizá fue fruto de la inseguridad, un intento ingenuo de controlar la propia existencia.

Quise entender el patriotismo y no supe. Intenté explicarme que separa a los pobres y marginados del resto y no encontré mejor/peor razón que el azar. Busqué una respuesta que explicara las desigualdades, la violencia, los prejuicios hacia el diferente. Fui tan arrogante como para exigir coherencia a acciones y accidentes. Pero escuché y no oí, observé y no vi. Pregunté y, cuanto más ahondaba en mis dudas, más inciertas fueron las respuestas.

Ahora sé que la razón aniquila el asombro, que no todo tiene sentido y que, cuando lo tiene, puede ser trágico e injusto. Hoy compruebo que comprender significa asimilar, y me resisto, porque hay demasiadas evidencias inaceptables. En plena pandemia de incoherencia,  acepto que no hay que comprenderlo todo. Que quizá sea suficiente con aprender a convivir con lo que no entiendo.

 

 

 

Publicado en el Diario Vasco el Domingo, 28 de Noviembre de 2021

Foto.- Puppy borroso. Interior del Pabellón español oficial en la Bienal de Venecia Artista, Santiago Serra. – 2003.

 

https://elpais.com/diario/2003/06/15/cultura/1055628002_850215.html

 

 

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