Caramelos
04.01.2015
Sólo un impulso atávico puede empujar a una anciana de 83 años a saltar la valla y encaramarse a la carroza de Melchor para robarle los caramelos. Sólo las energías telúricas de la Epifanía pueden devolver a una señora impedida la elasticidad para saltar, agacharse y utilizar sus muletas como una espada de Aikido para conseguir dos Sugus. Sólo Freud o Jung podrían explicar que una venerable abuela de pisotones al suelo para que nadie ose recoger los dulces en un diámetro de un metro alrededor suyo.
No es avaricia. No es herencia de una posguerra de hambruna. No es falta de azúcar en la sangre. Lo de las abuelas con los caramelos de las cabalgatas requiere una explicación científica. Los humanos entendemos el cuidado materno como un comportamiento moral, social y religioso pero lo de las abuelas y los caramelos es algo biológico. Los biólogos Gross, Sargent o Gittleman defienden que los cuidados parentales tienen como único propósito la supervivencia de las crías para garantizar que se perpetúa la especie. Las madres de orcas y delfines no duermen durante los primeros meses de su cría. Los cocodrilos transportan a sus crías en sus fieras mandíbulas para protegerlas. La naturaleza ha dotado a las hembras de cada especie de unas habilidades propias. A las abuelas les ha dado superpoderes para coger caramelos.
He visto abuelas ir a la cabalgata con bolsas. Coger los paraguas por la punta, como si fuera un radar atrapadulces, y levantarlos por encima de las manos de los niños. He visto a abuelas dispuestas a atracar a Baltasar para hacer felices a sus nietos.
Una bolsa de caramelos de 1 kilo cuesta 6 euros. No, no es por el dinero y tampoco es sólo un impulso biológico. Es la lucha por ser útil. Por mantener un rol activo en la manada. Esta sociedad aparca a sus mayores y, con 80 años, corres el riesgo de servir sólo para hacer bulto. Esas mujeres han levantado una familia y se merecen nuestro respeto.
Y aunque dan vergüenza ajena, a todos nos encantaría haber tenido una abuela así.
Publicado en El Diario Vasco el Domingo 4 de Enero de 2015. ( Versión ampliada )
Foto.- Wanted Gummy Bear .- NY 2013.
La solución al dilema es:
Un abuelo con Diabetis 2 como yo ,sigue a una abuela Alfatronica en busca de segus (azúcar)por un deseo atávico de sexo sublimado en la carroza de un Rey en un país Republicano
JaJaJaJa
Esa es mucha fantasía, ¿ no ?