Virtual
18.11.2013
Estamos construyendo un mundo paralelo y es grande la tentación de mudarse y vivir en él. Es un mundo light, irreal y aparente pero mucho, mucho más cómodo.
Allí viven cientos de amigos que exigen poco. Nadie expone sus miserias y las fotos sólo retratan sonrisas. Para ser solidario basta con hacer clic en el “me gusta”. Para protestar no es necesario levantar las manos del teclado. Te construyes una reputación con palabras, opinando, sin necesidad de crear, realizar o construir nada.
El mundo virtual es un entretenimiento, un desahogo inofensivo, si lo vives con un poco de distancia. Pero desde que Internet llegó al móvil vivimos con un ojo en la realidad y el otro en las redes sociales.
Es fácil mantener los amigos cuando todas las respuestas que recibes son positivas. Por eso, en Facebook, no existe el botón de “ no me gusta “. Es fácil conseguir reconocimiento. Basta con compartir una historia hermosa o una idea brillante que, habitualmente, es obra de otro. Es fácil tener conciencia social. Sólo hay que mostrar tu indignación, denuncia o solidaridad, ante una injusticia universal . Puedes hacerlo en un comentario de 2 líneas en Facebook o firmando las iniciativas de otros en Change.org. Es fácil ser un valiente activista parapetado detrás del anonimato. Es tan fácil como poco útil.
El problema surge cuando confundimos la vida real con la virtual. Es imposible reconstruir Filipinas a base de twitters. La ayuda humanitaria se paga en dólares.
En el mundo de verdad la amistad cuesta generosidad y lealtad. El reconocimiento social cuesta esfuerzo. La cooperación cuesta compromiso. La solidaridad cuesta dinero. Las revoluciones cuestan vidas. Indignarse cuesta , por lo menos, levantarse del sillón.
La vida real cuesta. Por eso merece la pena.
Publicado en el Diario vasco el Domingo 15 de Noviembre de 2013.
Foto.- Andamios Desmontados.
Los andamios pueden tener muchos significados metafóricos aunque en este caso no me queda del todo claro cual es su intención. Un saludo
A veces las fotos tienen relación con el texto. Otras no tanto pero siempre está la mirada del lector para encontrar nuevos vínculos.
Posdata
‘Andamios desmontados’ me recuerda -vista en pequeño tamaño o a distancia- a una serie apilada de lingotes de oro en alguna reserva (¿federal?), pero… ¡Oh! Se ha estropeado muy pronto, parecen deslucidos y oxidados… ¡No puede ser oro! ¡Ni siquiera reluce!
Tras el deslumbramiento inicial -que hoy parecerá eterno- pronto van perdiendo algunas ideas su fulgor. Buscamos con tanto ahínco, somos tan cabezones… ¿Qué queremos encontrar?
Puede que al principio tan solo se idease como un mero entramado. Que sólo se tratara de un andamiaje. Y difícil es que tenga sentido sin un sólido edificio en el que apoyarse…
Sobre todo, atención: si el andamio no es provisional, mal asunto. Algo no está bien y no se acaba de arreglar.
Gracias por otra magnífica instantánea.
Gracias, Felipe, por tus comentarios de fotos !
No recuerdo dónde hice esa foto.
Podría ser en Sicilia, hace muchos años, en un puerto esperando el transbordador.
no estoy seguro….
¡ Abrazo !
¿Y quién lo está?
Es curioso. La primera vez que hablamos creí entender que también te encontrabas en una especie de puerto, esperando un transbordador importante. Tenías la decisión firme de tomarlo. Me pareció un trasbordo de mayor envergadura, creo que este blog es fruto de aquel viaje que comenzabas. El verano ya dio definitivamente la vuelta, ¿qué tal te fue el viaje? ¿Llegaste bien a destino?
¡Otro abrazo para tí!
Tomé el transboradador y estoy navegando, creo que a mitad de recorrido.
Quitándome un poco de presión en el trabajo, repartiendo esa presión con otros y pensando en nuevos retos.
Todo eso, en medio de esta tormenta, que amenaza con llevarnos a todos al fondo.
Contento pero con ganas de llegar.
abrazo.
Aquello en que invertimos el tiempo necesario perdura. Te deseo de corazón que el viaje discurra de modo que te sea propicio y que lo disfrutes.
Y espero que atender al blog sea gratificante y no se convierta en un lastre… Va creciendo poco a poco y a veces me parece que el número y la extensión de los comentarios te puede ‘robar’ (quizá mejor decir ‘hurtar’…) un tiempo que necesitas repartir de otro modo. ¿Se puede ser amigo de un blog? Bien, pues si es así, los amigos de verdad no tienen prisa.
Mantengamos la confianza. Las tormentas son intensas, pero suelen durar poco.
El viaje está siendo como todos.
Haces un plan. Es decir, marcas un recorrido y te fijas unos plazos y metas.
Después, el día a día se encarga de cambiarlo hasta resultar irreconocible.
A partir de ahí, te dedicas a disfrutar del del viaje y a que éste no te zarandee demasiado.
¡ Vamos bien !
Imaginemos unas cuantas situaciones. Por ejemplo, contar varios chistes en una reunión en presencia de un grupo de siete u ocho personas. O ir entresacando citas interesantes tras horas y horas de lectura. Ayudar a las víctimas de un accidente recién ocurrido antes de que lleguen las asistencias. Realizar una buena fotografía desde tu cabeza sólo para ti. Personarte en la sede de esa empresa tan grande de la que esperas obtener algo y hacer lo que tienes que hacer.
Hablar lo que hay que hablar en persona, frente a frente, mirando a los ojos. Viajar a muchos kilómetros de distancia para buscar algo o a alguien por un motivo importante y no morboso. Dar la cara que tengas que dar en todo momento y ser tú sin tener opción a seleccionar para cada ocasión una imagen de archivo desplegable. Escuchar a una persona el tiempo que sea necesario y confortarle con un abrazo si fuera preciso. Aceptar lo complejo. Renunciar a lo inmediato.
Dejar de solicitar y aceptar nuevas amistades y empezar a conocerte a tí mismo.
Según para quien, algunas de estas situaciones constituyen un riesgo difícil de asumir. Creo que -sin la ayuda de las redes y sus comodidades- de estas iniciativas nos volveríamos a descolgar una buena cantidad de usuarios que realizamos ‘actos virtuales’ de naturaleza parecida a las anteriormente descritas. Y de los que continuasen adelante, pocos serían los elegidos que las llevasen a término adecuadamente. O sea, las harían bien los que siempre han estado capacitados para ello.
Reconozcámoslo: se trata de que ‘todos’ hagamos ‘de todo’. ¿Qué más da cómo?
La cuestión es poder. Qué curioso es que todo parezca tan imaginativo, incluso artístico en ocasiones. Hay quien no quiere renunciar a ser toda una personalidad en esta esfera social: culto e imaginativo, aventurero, eminente gastrónomo, ocurrente y valiente, empático… simpático, creador de maravillosas instantáneas, siempre acertado y feliz. Y con tan poco esfuerzo…
Inmersos en este elemento, la verdad es que la mayoría somos cada vez menos creadores y más administradores. Lo real es que en gran cantidad de ocasiones nos procuran sólo el papel de meros intermediarios: elija entre este amplio catálogo de amigos, chistes, citas, fotografías-tipo, actos solidarios, filias y fobias, tendencias e ingenios ajenos de diversa índole (el origen no importa…). Y ahora utilice su talento en valorar, decidir, seleccionar y distribuir… ¡Rápido!
Si su elección es acertada, recibirá un porcentaje inmediato de popularidad entre sus contactos. Ganará mucho. Y en la mayor parte de ocasiones, tan sólo arriesgará un ‘click’.
Reconozco que las redes sociales tienen el papel que tienen respecto al ‘modo convencional’ de relacionarnos, pero me resulta inquietante que gran parte de las nuevas generaciones de personas vayan a tener, desde el principio de sus vidas, una dosis mucho mayor de ‘mundo virtual’.
Pues eso era.
Creo que no puedo añadir nada más.
Gracias por tu texto, felipe.
La red social es válida siempre que la enfoquemos como un somero entrenamiento, complemento esporádico de nuestro aprendizaje. Una especie de ‘simulador de vuelo’, sin perder de vista que ‘volar de verdad’ es otra cosa.
Gracias a tí, como siempre, por esa chispa que hace prender el pensamiento, la reflexión y hasta la creatividad.
Mmmm… es una parte de la realidad pero coincido con Unai y Nacho. Por las redes te enteras de actos solidarios y te puedes unir a ellos (con tu presencia, con tu dinero); Conoces productos que te interesan y compras; Te pones en contacto con grandes compañías que de otra manera sería imposible; Conoces a proveedores y clientes e interactuas con ellos; Y la reputación tan pronto se gana como se pierde. Alabas y criticas productos y personas, eso sí, muchas veces desde el cobarde anonimato y sin fundamento. Como siempre, depende de la persona y del uso que le dé. El que es un cafre en la vida real también lo es en la virtual.
Un saludo.
Marta, coincido plenamente contigo. Y también con Unai y Nacho.
El mundo virtual y el real están, como dice Unai, entrelazados. Se retroalimentan y se enriquecen entre sí.
Sin embargo existe una tentación creciente a instalarse a vivir en el mundo virtual. A creer que tienes muchos amigos por tenerlos en Facebook. A construirte una vida hedonista a base de fotos de fiestas y comidas. En definitiva, a pensar que tu vida es un escaparate gigante .
Para mí, lo más peligrosos de las redes sociales es creer , precisamente, que son una proyección del mundo real. En Facebook es fácil encontrar mensajes de apoyo y reconocimiento social. El ser humano, por naturaleza, necesita sentirse querido, interesante, gratificado. Esa sensación se obtiene en Facebook sin excesivo esfuerzo. Basta compartir algo que haya hecho otro para que tu grupo de amigos te aplauda.
Sin embargo, cuando se pregunta a los usuarios de Factbook en cuantas de esas personas confía la respuesta más habitual es que en 2 ó 3 de ellas.
Las redes te levantan de un mal día porque te permiten tener una sensación de popularidad. Pero es sólo eso, una sensación. Un subidón efímero y superficial que puede crear dependencia.
De acuerdo, el truco está en el uso responsable. Como con casi todo. Mira estos datos.
Un reciente estudio, elaborado por científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y la Universidad de Milán revela que Twitter y Facebook son más adictivas, incluso que el tabaco y el alcohol.
La Universidad de Harvard, ha dirigido estudios que demuestran que compartir información personal en redes sociales aumenta la presión cerebral. Según el estudio, el 80% de lo que publicamos puede estar relacionado con asuntos de nuestra vida personal y se hace con la intención de recibir alguna gratificación física o emocional.
Y mientras tanto, aquí estoy yo, hablando contigo a través de un blog y habiendo aceptado tu solicitud de amistad de Fb hace sólo 3 días.
#gestionandolaparadoja
¡ Saludos !
El mundo virtual carece de sentido sin el mundo real. Sin amigos nadie Instagramearía momentos felices para compartir, sin productos interesantes ninguna marca triunfaría en internet, sin activistas reales ninguna plataforma como Change.org funcionaría. Al igual que sin momentos felices no existiría Instagram, sin marcas los productos no serían tan interesantes y sin Change.org habría menos activistas reales, que tal vez hacen poco pero por lo menos están al día.
Es cierto. por ello no podemos instalarnos sólo en lo virtual.
hay que firmar en change.org pero no puedes pensar que, con eso, ya eres solidario.
hay que publicar en instagram y hay que tener momentos felices pero, a veces, un somero vistazo por las redes
es un retrato de un comportamiento muy superficial.
Es cierto que mucha gente usa las redes para compartir conocimientos, hacer negocios o denunciar atropellos.
Por supuesto que la frivolidad no es la norma pero si una tendencia preocupante.
O eso creo…
De acuerdo. Entonces tomemos esa cerveza por Skype, cada uno en su casa, no me preocupo por nuestra amistad… 😉
Creo que te puedes preocupar de un montón de cosas antes que de eso.
¡ Un abrazo !
Solo un pero. En mi opinión no son mundos paralelos son mundos entrelazados e influyen el uno en el otro.
Der acuerdo contigo, Unai.
El mundo virtual y el real se han entrelazado y, para algunos, cada vez es más difícil distinguirlos.