Sembrar

11.06.2014

 

Un día cualquiera, Pam Warhunst reunió a 60 vecinos de Todmorden, una pequeña ciudad de Inglaterra, y les propuso una idea: Plantar frutas y verduras en los espacios verdes públicos, cuidarlos entre todos y que la gente del pueblo pudiera servirse gratis.

No llamaron a expertos. No encargaron informes estratégicos. No pidieron subvenciones. Ni siquiera pidieron permiso.

Comenzaron por los jardines de la estación. Sembraron tomates, pimientos y lechugas. Plantaron frutales en las aceras y plantas medicinales en el hospital. Sembraron patatas en las colinas de las iglesias, maíz frente a la comisaría y calabazas en el parque de bomberos. En el cementerio crecieron plantas aromáticas.

La cosecha fue generosa. Crearon puestos de trabajo. Se incrementó la venta de carne, huevos y lácteos locales. Todmorden recibió miles de visitantes y el 47% de los comercios vendieron más. Trasladaron el modelo a otras 33 ciudades británicas y a cientos en el mundo.

No sólo recogieron esos frutos. Los vecinos volvieron a hablar entre ellos. Creció la amabilidad. Bajó el vandalismo. Los adultos aprendieron a compartir. Los niños aprendieron que los pepinos no crecen en bandejas de plástico. Todos volvieron a creer en si mismos, en su capacidad de cambiar las cosas desde la base. En otra forma de política.

Todo esto ha ocurrido en sólo 4 años. El tiempo de una legislatura.

Un experto se acercó a ellos para advertirles de que esta acción era insignificante frente a los grandes problemas que nos acechan.

Le dieron una pala.

 

 

Publicado en El diario Vasco el domingo, 21 de Octubre de 2012.

Foto.- Gris y verde. EUR, Roma.