Redalen
01.12.2012
Casi todos hemos comido en un pueblo finlandés, hemos dormido en una montaña sueca o nos hemos bañado en un lago noruego. Nadie ha contribuido más a difundir la cultura escandinava que Ikea. Aunque lo parezca, Knodd , Fjellse, Oppdall o Bjursta no son teclas golpeadas al azar en un ordenador. Son palabras que un equipo interno de Ikea escoge siguiendo un escrupuloso procedimiento.
Camas y armarios reciben nombres de localidades noruegas. Las mesitas de salón y librerías son pueblos suecos. Las sillas y mesas de comedor, lugares de Finlandia. Las alfombras, poblaciones danesas. Las estanterías son profesiones. Los artículos de baño son lagos y ríos escandinavos. Los muebles de jardín, islas suecas. La ropa de cama se bautiza con nombres de flores y plantas. Los artículos de cocina son pescados, setas, frutas o especias. Los productos infantiles llevan el nombre de animales.
A veces se dan coincidencias inocentes. Trampa es el nombre de un felpudo y , en sueco, significa pisotear. Otras, el asunto va más allá. Este año, antes de abrir su primera tienda en Bangkok, Ikea tuvo que cambiar el nombre de la cama Redalen. Es una pequeña aldea noruega. También es como llaman los tailandeses a los juegos sexuales preliminares.
Lástima. No era mal nombre para una cama.
Nada que ver con el Mitsubishi Pajero, el Mazda Laputa o el Nissan Moco. Automóviles que, por razones obvias, no se han vendido, con su nombre original, en nuestro mercado.
Publicado en El Diario Vasco el Domingo 25 de Noviembre de 2012.
Foto. Comité d’Action Sociales des Pyrénées Atlantiques. (CASPA). Port de Sokoa, Ciboure. Francia.
Vaya, lástima que censuren los nombres originales, porque darían mucho juego para reirnos más en conversaciones absurdas.
A mí me encantaría contestarle a alguien que me pregunte “tú qué coche tienes”: “tengo un Toshiba kaka, pedo, pis…blanco”. Y sonreír después como una niña de cinco años.
Y lo de decirle a tu chico, “te invito a una Redalen” también mola.
Eso sí, ¡pobres marcas!. O no.
Y además sería muy notorio para las marcas.
Hace unos meses cenamos en un TeppanYaki de parís que se llama
KAGAYAKI. No es mal nombre para un restaurante exótico.
Siempre me lo imagino gritado, tal y como locutan los japoneses sus spots.
¡¡ KAGAYAKI !!
¡ Tengo una tarjeta que lo atestigua !