Puzzle
24.08.2015
Los primeros rompecabezas no incluían, a modo de guía, una copia de la imagen a reconstruir. El atractivo para el aficionado a los puzzles no era repetir una imagen ya conocida. Puzzle, en su inglés original, significa enigma. Fiel a su nombre, el reto del juego era descubrir, como quien se enfrenta a un acertijo, el paisaje o el retrato escondido por el artesano que había recortado la imagen. Cada pieza requería la máxima atención del montador que avanzaba, paso a paso, guiado por su intuición.
Incluir en la caja una copia de la imagen a completar transformó el sentido del juego. Tomemos como ejemplo el Gernika de Picasso o el Palacio del Kremlin. Conocer previamente el resultado final idealiza la meta y resta encanto al proceso. Ordenar las piezas conforme a un esquema no deja espacio para la sorpresa. El único objetivo es que todo encaje en su lugar predeterminado. El ansia por concluir el puzzle aviva la insatisfacción de quien idealiza la imagen completa y arrincona el placer de descubrir la obra pieza a pieza.
Como con los puzzles, podemos diseñar nuestra vida a partir de una plantilla o atrevernos a pensar más allá de la caja. Renunciar a seguir el modelo prefijado por nuestra sociedad requiere esfuerzo y osadía. A cambio descubres que la vida es mucho más que perseguir una meta, que puedes crear tus propias piezas y que no necesitas esperar a encajarlas todas para sentirte bien contigo.
Entonces, vivir se convierte en el mejor pasatiempo.
Publicado en El Diario Vasco el Domingo, 23 de agosto de 2015.
Foto.- Óxido y Pintura ( Falso puzzle ) NY, 2014.
Una vez más, das en la diana.
Un graffiti de Kérkyra que leí recientemente decía,… “Maybe it’s not about the happy end, maybe it’s about the story”.
Gracias Guille!
¡ Gracias a ti, Iker !
¡Atervernos a pensar más allá de la caja!Suscribo.
abrazote.