Paredes
27.05.2013
Tu hogar es tu mundo. Tiene su propio ecosistema y microclima. Tu hogar es ese juego en el que fijas tus propias reglas y te permites tus propias trampas. Cuando ahí afuera llueve, en todos los sentidos, tu hogar es la embajada donde tus errores gozan de inmunidad diplomática.
Las paredes oyen secretos pero, normalmente, se los guardan. A veces, las palas excavadoras se comen una casa hasta hacerla solar. Hasta desolarla. Derrumban escaleras, tiran tabiques y derriban suelos. O techos, según se mire. Antes de desmoronarse, las paredes desnudas comparten las memorias de una vida en blanco y negro y sepia.
Observar el hueco de un edificio demolido es como hurgar en una caja de recuerdos. Puedes adivinar la vida en un muro medianero, como en los anillos de un tronco viejo, contando las líneas de ladrillo que ayer fueron tabiques.
Puedes distinguir los espacios por los colores que conservan las paredes de las antiguas habitaciones. El papel pintado aún sigue vistiendo, por pudor, los muros. La cocina conserva unos azulejos verdes de color verde cocina. Un calendario se quedó colgado en Mayo de 1975 . Aún llegan ecos de gritos y risas y trajinar de cacharros y un aire a coliflor cocida, que es olor que perdura más que los recuerdos.
El panel de un cabecero ha quedado anclado a un empapelado de motivos florales. Encima, la sombra que dejó la ausencia de un crucifijo. Si tu casa es tu castillo, el dormitorio es la capilla. El origen del misterio. Allí donde moríamos y las madres nos nacían.
Todos necesitamos juntar cuatro paredes para que no se nos escapen los recuerdos. Pienso eso mientras leo que hay 3 millones y medio de casas vacías en esta comunidad de vecinos.
Hoy los pisos se vacían, sí, pero para dejarlos a oscuras. Para dejar muchas vidas en ruinas antes que sus casas.
Publicado en el Diario Vasco el Domingo 26 de Mayo de 2013.
Foto.- Pared. La Habana, Cuba. 2005.
No me gustaría ser demagógico, pero la vivienda debería ser un derecho real …
son tiempos extraños, ¿ no ?
Nos vencerán cuando comencemos a pensar que defender el derecho a una vivienda es demagogia.
Luego seguirá la educación y después la sanidad.
Opino, lo mismo Mikel.
Y pago bastantes impuestos para intentar que ese derecho sea una realidad.