No hace tanto
24.07.2013
No hace tanto nadie se iba de vacaciones. Nadie tenia un adosado en Jaca. Ni siquiera los ricos. Si los madrileños soñaban todo el año con escapar aquí en verano, ¿cómo íbamos a irnos nosotros?
No hace tanto salíamos de casa sin una peseta y nos cundía para pasar todo el día. Al fin y al cabo, todo lo que hacíamos era gratis. Ir a la playa, gastar suela, pedalear o bajar en goitibera. Nunca salíamos a comer, no tomábamos el aperitivo y, en las casas, no había Cocacolas. Como mucho, de vez en cuando, caía un Colajet.
No existía el Facebook, el iPad o el móvil y sólo teníamos una tele, que era en blanco y negro. Tampoco importaba mucho porque, en verano, nadie la encendía. Nuestra única relación con las telecomunicaciones era el portero automático para llamar a los amigos. En el 79 nos mudamos a una urbanización de Hondarribia que no tenía teléfono fijo e instalaron una sola cabina para 50 vecinos. Hoy parece imposible pero os prometo que, en un año, no vi a nadie hacer cola para llamar.
Por aquel entonces, vivíamos de las herencias. Heredábamos las bicis, los juegos, los libros y, por supuesto, la ropa. De hecho, la moda unisex la inventaron los padres de un amigo que tenía una hermana mayor que él. Aún no se había inventado el reciclaje pero nosotros ya éramos ecológicos. Se zurcía, se sacaban dobladillos, se daba la vuelta a los cuellos, se colaban las suelas con pegamento pero, sobre todo, no se tiraba nada.
No hace tanto, todos éramos pobres y razonablemente felices.
Hoy sólo somos unos nuevos ricos venidos a menos.
Publicado en El Diario Vasco el Domingo 5 de Agosto de 2012.
Foto.- Lisboa Attack. Lisboa, 2012.
Pues sí, éramos felices al encontrar un simple palo. Porque, de repente, teníamos una espada, un micrófono, la escoba voladora de una bruja, un veloz caballo, algo con lo que dibujar o escribir en la tierra, un testigo para un relevo, una guitarra, una baqueta o una flauta, un mástil de bandera, una caña de pescar, el manillar de una moto invisible, un barco, un cohete o un submarino, una varita mágica…
Sí, un puñetero palo era un gran regalo, como en el anuncio.
Pero…sí hace tanto Guille, hace ya 40 años
Pues sí,
Ahora que mentas la campaña del palo te envío un enlace a un artículo que la compara con otra brasileña. Me abstengo de opinar.
http://quenomequitenlosbrackets.wordpress.com/2013/08/07/ni-limon-ni-creatividad-ni-nada/