Nivea
08.06.2015

 

cara cuarteada

El miedo a envejecer nos está impidiendo madurar. Queremos vivir más y queremos vivir mejor pero, en esta era del facebook, la juventud se mide por criterios epidérmicos, cutáneos, exteriores, superficiales. Envejecer mejor  significa, hoy, aparentar menos edad.

El alzheimer será la enfermedad del este siglo pero sólo un 6% de las ideas que recibe el Instituto Americano del Envejecimiento consiguen la financiación para desarrollarlas. En cambio, la guerra a la vejez ha provocado una fe ciega en la cosmética. La industria anti-edad ofrece más de 450 productos para retrasar la caída del cabello, aumentar el volumen capilar, retrasar el envejecimiento o fortalecer la piel.

Los nuevos santos tienen apellido científico pero se venden como hacedores de milagros. Colágeno, ácido fólico, coenzima Q10, micropartículas , elastina, cristal líquido, carnitina, melatonina , ácido hialurónico, cortisol, retinol, arginina, biopéptidos, proxy-lane, sérum, lactolicopeno, isoflavonas, antioxidantes, taurina, catequinas del té, zinc, betacaroteno, omega 3, vitamina C, E, B12…

El mercado del cuidado personal mueve más de 150 mil millones de euros pero la juventud no se puede comprar. Es un estado anímico. El espejo es el termómetro que delata el estado de tu piel pero la vejez, y la belleza, van por dentro.

Estamos diseñados para envejecer y el secreto para hacerlo con dignidad no se administra por vía oral. Se trata de divertirse, rodearse de buenos amigos, comer bien, beber vino, bailar, caminar, ser útil, cantar, dejar de criticar y, sobre todo, desterrar de tu vida a la gente negativa.

Y si tienes la piel seca, ponte un poco de Nivea.

 

 

 

Publicado en EL Diario vasco el Domingo, 7 de Junio de 2015.

Foto.- Piel cuarteada.- NY, 2006.

2 comentarios:

  1. copyloto dice:

    Si el espejo corriese de repente su cortina de azogue. Larga vida a Viglione.

    • guille dice:

      Azogue. Gracias por recordarme una hermosa palabra que se me había caído en algún rincón de la memoria y ya no la echaba en falta.

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