Mírame
14.02.2022
Mírame. Regálame un vistazo. Haz que nuestras miradas coincidan por un instante en el aire. Deja que me sonrían tus ojos, que discrepen tus cejas fruncidas, que tus pupilas entornadas reflejen sus dudas. Hola, ¿estás ahí?. ¿Me escuchas? ¿Me oyes?. No hace falta que respondas, tan sólo mírame. Deja que tu mirada delate lo que no expresan las palabras. Mírame a los ojos como si fueran pantallas de cristal. Mírame como miras a instagram.
La atención es el regalo más raro, el más deseado, que se puede recibir en la era del entretenimiento. Hay pocos minutos para repartir entre la oferta inagotable de estímulos visuales. Seducir es atraer la mirada del otro. Competir por un vistazo con el poder hipnótico de una pantalla iluminada. Yo no guardo en la chistera nada tan atractivo como para rivalizar con la última pirueta de tik tok pero, aún así, mírame. Recuperemos esa forma íntima de decir me importas, me interesas, mereces mi atención. Escúchame con los ojos porque, de lo contrario, me sentiré invisible.
En estos tiempos multitarea defiendo que nadie es capaz de hacer dos cosas a la vez. No es posible mantener un diálogo prolongado y opinar, aprender, disentir, seducir, confesar, consolar, explicar, describir algo a quien está absorto en otro lugar, en otro acontecimiento, en otra conversación.
Mírame, recuperemos el placer de conversar. Porque estoy convencido de que está ocurriendo algo apasionante, deslumbrante, mágico en esa pantalla pero, ahora mismo, yo estoy aquí. Delante de ti. Mirándote.
Publicado en el diario vasco el domingo 13 de febrero de 2022.
Foto.- Ojo Azul. Barcelona, 2014.
Cuánta verdad, además se percibe miedo en las miradas, ya no se sostienen, es como temer algo desconocido, como temer encontrarse con el otro. Me encantó.
Saludos.
Muchas gracias, Adela. Disculpa que te conteste con retraso pero he tenido el blog algo descuidado.