Mercromina
09.08.2016

 

costra. pintura, óxido

Las costras eran medallas que exhibíamos con orgullo. El currículum vitae de un verano bien vivido. Las finas se hacían en el día y las más gruesas tardaban un poco más. Después matábamos el rato intentando arrancar con las uña el trozo más grande posible. Ni el niño más remilgado se libraba de su colección de postillas cada verano.

Las caídas de la bici provocaban rasguños en los codos y las palmas de la mano. Los trompazos en patinete marcaban las rodillas. Las rasponazos contra el borde de la piscina dejaban de recuerdo una costra fina e intermitente. Hacer cabañas tenía el plus de peligrosidad estival porque pisar un clavo oxidado conllevaba una visita inmediata a la casa de socorro.

Eran veranos muy sanos de fracturas, esguinces, chichones, puntos de sutura y antitetánicas. En las casas estaba prohibido el esparadrapo y las gasas, para que la herida respirara, y todo se curaba con agua oxigenada, jabón y mercromina. Soplabas para mitigar el escozor y, mientras, pedías a tu madre que apretara más el cuentagotas. Una capa extra de mercromina convertía una vulgar raspadura en una herida sangrienta de la que presumir.

Este verano fijaos en las piernas y brazos de los niños. Veréis que no tienen costras. Un día, los veranos de bici y chapuzones en las rocas dieron paso a maratones indoor de playstation sin ver la luz del sol. Ayer leí que Pokemon GO es beneficioso porque logra que los niños salgan de casa. Recuerdo que, en aquellos tiempos, también había una diversión que conseguía ese mismo fin.

Se llamaba amigos.

 

 

 

Publicado en El Diario Vasco el Domingo, 7 de Agosto de 2016.

Foto. Costra, pintura blanca y óxido. NY, 2011.

 

3 comentarios:

  1. Viejunos dice:

    Todo bien hasta el último punto. Criticando todo lo de hoy en día, en especial si son videojuegos o niños. Nada nuevo bajo el sol típico de old fags rancios y fachorras.

    • guille dice:

      Aunque lo hagas en inglés te retrata tu insulto homófobo, intolerante y discriminatorio.

      • En fin dice:

        Si tuvieses un pelín de idea de los que significa olodfag, newfag, moralfag y demás argot de internet no te tendrías que poner tan en ridículo como acabas de hacer dándotelas de buen moralista llamándome homófobo sin saber lo que significa. Seguid quedando como paletos atrasados sabiondos, buena imagen clásica del español profundo.

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