Ignorantes
16.10.2017
Somos dos o tres certezas. El resto, estamos hechos de ilusiones. Crecemos modelando una idea de cómo son las cosas hasta que las convertimos en verdades. Realidades tan sólidas como la fachada de un decorado de cine, suntuosa pero frágil, sin cimentar, sujeta por un andamio.
Construimos nuestra vida sobre el convencimiento de que sabemos cosas que, en realidad, ignoramos. Religión, identidad, patria, educación, dinero. Nuestras verdades son consensos imaginados por el ser humano. Los argumentos para defender su vigencia se sustentan, básicamente, en la tradición. Sin embargo, basta una visita al pasado, mirar en nuestro fondo, para comprobar que las certezas son efímeras. Cuestiones que ayer considerábamos esenciales hoy son anécdotas sepultadas en el olvido.
Quizá por ello, desconfío de todo lo que se gana la consideración de inamovible, inapelable e inflexible. Huyo de las certezas porque, de vez en cuando, se derrumban y entre sus ruinas crece, como mala hierba, la decepción.
Yo puedo reunir todo lo que sé de mi vida en un folio y medio. Ignoro las claves que decidieron mi destino. Sé muy poco de mí mismo y casi nada de quienes me rodean. No sé qué les desvela por la noche. En qué piensan antes de dormir. De qué se arrepienten. A quién añoran en silencio. Desconozco sus contextos, qué experiencias han vivido para defender, es un ejemplo, una verdad antagónica a la mía.
Somos lo que no sabemos. Somos más preguntas que respuestas. Y aceptar nuestra ignorancia es la base sobre la que construir la convivencia.
Publicado en El Diario vasco el domingo, 15 de octubre de 2017.
Foto.- Inside Me. Melbourne, 2014
Totalmente de acuerdo, pero no tan efímero.
Te diría que probases a relacionarte con mas personas. Es posible que despejases algunas dudas existenciales.
Un abrazo
Moltes gràcies, Francesc però, en el meu cas, dubtar és una manera de esser, no un problema de relacions.
Es que si nos hacemos preguntas, las respuestas generan nuevos campos de materias que ignoramos y así siempre.En ese sentido, sentirnos ignorantes es un acicate para continuar haciéndonos preguntas,lo cual es saludable.
Un abrazo, Iñaki.
¡ Viva la curiosidad !
Todo lo que escriba sobre tu artículo será redundar sobre cada una de sus palabras. Como no me gusta repetir (salvo si el plato de la mesa es exquisito y aún queda hueco en el estómago), sólo puedo decir que sí a todo lo que dices. Espero pronto coincidir contigo en alguna mesa en la que repetir plato y saborear conversación.
Será un placer. ¡ A ver si aprovechamos una expo de collares o un cdec o algo !