Franceses
30.01.2014
Siento ser impopular pero me caen bien los franceses. Aún más, los admiro profunda y extensamente. Admiro que cuiden con tanto esmero y cariño sus pueblos, sus jardines y monumentos. Admiro su visión de la democracia, sus aportaciones a la política y el concimiento, la Ilustración o su modelo de educación laica. Admiro su nivel intelectual, sus diarios y revistas. Que en sus pantallas triunfe el cine que aquí no llega a estrenarse. Que en sus televisiones, a la hora de máxima audiencia, haya debates y no cotilleos.
Admiro su espíritu creador de tendencias. Sin ellos, la gastronomía, la elegancia, el arte moderno, la moda, el perfume, la decoración o el vino nunca habrían sido lo mismo. Y, cada día más, admiro su forma tan civilizada de comportarse en sociedad. En Francia está muy mal visto ser descortés. Cuando sales de una tienda o de un taxi se despiden con un “ que tenga usted un buen día” , cuando se retrasa tu avión se disculpan y cuando el camarero te sirve el segundo plato te desea bonne continuation. Resulta desconcertante ir y deprimente volver.
He intentado comprender por qué caen tan mal a este lado del río. Las únicas respuestas que he encontrado tienen que ver con la ignorancia, el complejo de inferioridad o la envidia insana.
Se suele contar, por aquí, que Dios, después de crear Francia, se dio cuenta de que era demasiado perfecta y que, para compensar con los demás países, la llenó de franceses. Lo siento pero hace mucho que no creo en milagros. Yo opino que fueron los franceses los que idearon, construyeron y hoy siguen haciendo posible ese país maravilloso que está tan cerca y, a la vez, a tanta distancia de nosotros.
Publicado en El Diario Vasco El Domingo, 10 de Enero de 2010.
Foto.- Merci Beaucoup. Miami, 2013.
Absolutamente de acuerdo Guillermo, pienso exactamente igual. El hecho de proyectar la cultura aquí más allá de lo políticamente correcto o académico no se entiende, se califica de atildado o cursi. Aquí lo políticamente correcto es tender a ser un bruto. La belleza parece que no se puede expresar en lo cotidiano, creando una huerta por ejemplo no hay más que ver en cada lugar cómo se enfoca.
La educación y la belleza no es algo frívolo, es una expresión de respeto hacia uno mísmo y hacia los demás -educación- y la belleza es una actitud ante la vida, inteligente, enriquecedora y deliciosamente ‘inutil’; en el sentido que comenta Nuccio Ordine en su libro sobre ‘La utilidad de lo inútil’. El contenido es importante pero el continente, las formas también. Como dicen los ingleses ‘manners are manners’.
Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Un afrancesado
Un abrazo,
Alfon Quintela
p.s (Nos conocimos el otro día, soy amigo de Cris, Cristina, también de Jose ALonso).
Nada que añadir.
No sabía que estabas detrás de Alegría de vivir.
Gran título y gran publicación.
Hasta otra, Alfon .
Abrazo
Muchas gracias por tu descripcion de los franceses. Me encanta tu vision idealista. Por ser de los dos lados te puedos decir que no hay tanta elegancia en todas partes de Francia… Una cosa cierta es que los espanoles son mucho menos cursis que los franceses! Pero me gusta que la genta tanga esa vision, quiere decir que no somos tan malos, los gavachos!
Claro que no sois malos.
Son malas o buenas las personas no los países enteros.
Y lo que hay que reconocer es que habéis aportado mucho a la historia moderna.
Muy de acuerdo contigo Guille.Ninguna sociedad es perfecta, pero siempre y cada vez mas , agradezco que me den los buenos dias que me despidan, que la gente se preocupe de NO molestar, que me enseñen que el querer un pais se refleja en cuidar su lengua, sus casas , sus ciudades , su naturaleza….. y así tantas lecciones que recibes cuando viajas a este pais.
Gracias por tus reflexiones que nos hacen pensar y cuestionarnos tantas cosas.
Eskerrik asko
Gracias a ti, Ibón, por leer estos textos absolutamente innecesarios.
Magnífico artículo, que he ‘vampirizado’ para mi post de hoy: http://gabrielbeldarrain.blogspot.com.es/
A mí me caen estupendamente los franceses y siento una sana envidia de su maravilloso país.
Un honor tener cabida en su blog, señor Beldarrain. Abrazos.
Cierto todo lo que dices… y justamente ahí está el quid de la cuestión de que ante los mismos datos, que refuto -vivo en Francia-, mi opinión sea bien diferente.
Los franceses, en su empeño por civilizar su sociedad, no hacen sino forzar una serie de maneras -no las confundamos con la educación, que nace de planteamientos éticos razonados y sentidos de modo individual- para ocultar una verdad indigesta: Carecen del humanismo propio de culturas como la española, quien, haciendo gala de una moral cristiana -no católica, no me confundan-, es capaz, de forma ácrata, de generar buenas acciones para con quien le importa: su prójimo.
Lo siento, amigo, pero estas reflexiones tuyas son muy naturales, dado el desconocimiento de la idiosincrasia francesa en su profundidad; no en su superficialidad, tan exhibida como impuesta.
Ningún francés te desea, desgraciadamente -ninguna persona, por otro lado-, un feliz día cuando, simplemente, ha sido adoctrinado -programado, parametrizado- para expresar tal locución vacía de sentido.
Pudes preguntar a alemanes, ingleses, italianos, portugueses… Todos te dirán que sueñan con un gracias adornado de una sonrisa y de un sentimiento sicero de agradecimiento.
Un saludo afectuoso -de corazón-, amigo bloguero,
Sergio BENITO VERDE
Ciertamente no vivo en Francia y desconozco la idiosincrasia francesa en su profundidad, amigo Sergio.
Aún así, nací a 1 kilómetro y no pasa una semana sin que cruce la frontera. Creo que puedo hablar sin resultar superficial.
No confundo términos como educación, amabilidad y cortesía. La cortesía, los modales, la urbanidad son reglas para vivir en sociedad aprendidas
y, por tanto, tienen poco de naturales. Hasta conllevan una parte de hipocresía y son uno de las últimas manifestaciones de clasismo. Y, sin embargo, se agradece el saludo vacío ante tanto exabrupto paleolítico a este lado de la frontera.
Por otro lado, no creo que ser más tosco implique mayor nobleza o sinceridad.
Me he acordado del reciente spot de Campofrío en el que unos cómicos españoles defienden la idiosincrasia de españa basándose en datos científicos como que somos más cálidos con nuestro niños, más espontáneos con los amigos, gritamos más y cerramos los bares más tarde.
Por no entrar en una batalla de tópicos entre la hipócrita politesse francesa y la afable bonhomía española prefiero ceñirme a los hechos y no a los comportamientos.
¡ Un abrazo !
Es que ellos se consideran ciudadanos y por lo tanto dueños y responsables de lo que tienen (sus pueblos, cultura….) Nosotros desgraciadamente hemos sido vasallos de reyes y curas demasiado tiempo.
No nos pasamos por la guillotina al viejo estado como ellos hicieron …
Estoy de acuerdo en TODO lo que dices, pero de ahí a haber sufrido dos hurtos, y que ambos hayan sido en Francia, pues que quieres
ssigo…que te diga.Cuando en un país te roban dos veces, pues no te sientes a gusto.Es perfectamente posible que sea casualidad, pero (sin presunción) he viajado a bastantes países y en ninguno de ellos me ha ocurrido lo que en Francia.
Bastante de acuerdo.Y digo bastante porque hace años, en la chambre dámour nos vaciaron los coches.Eso sí, nos dejaron el pasaporte y..la comida,je,je.Entretanto nosotr@s inocentemente, abajo en la playa.En otra ocasión, en un restaurante de carretera, cerca de Toulouse, nos robaron los esquís del portamaletas.
Y sin embargo (y no quiero hacer patria, ni muchísimo menos, que quede bien clarito) nunca me han robado en España, a pesar de mi costumbre de andar por zonas no céntricas o por calles absolutamente desiertas, a altas horas de la noche, completamente sólo.
Misterios…porque aquí antes había ladrones, pero ahora se han convertido en ilustrísimos chorizos.
Un abrazote,guille.
Un abrazote
Aunque no hay nada perfecto, estoy completamente de acuerdo.
Un abrazo
¡ Otro !