Eso fue ayer
30.11.2022

 

El pasado es un refugio en el que guarecerse de las inclemencias del presente. La memoria acostumbra a firmar pactos con los nostálgicos pero le gusta hacer trampas. Tiende a barrer los malos recuerdos y esconderlos bajo la alfombra. Triunfa en esta sociedad fatigada la teoría de que las cosas ya no son como eran, de que ayer vivíamos mejor. Si fuera cierto, es una lástima no haber sido consciente, hace 30 años, de que estaba viviendo mis mejores momentos para haberme quedado a vivir allí.

Vivimos el presente en directo pero recordamos el pasado en diferido y, como en Instagram, podemos ponerle filtros y editar las imágenes incómodas. Lo vivido nos regala una sensación de certeza mientras el futuro inmediato sólo nos ofrece interrogantes. Es difícil competir con el pasado aunque los viejos tiempos sean sólo eso, tiempos viejos.

Quizá, lo que extrañamos del pasado no es un tiempo mejor. Quizá nos echamos en falta a nosotros mismos. Añoramos un estado de ánimo, cuando nos desbordaba el entusiasmo y éramos despreocupados y derrochábamos los días y las semanas  porque teníamos todo un futuro por delante. Aquellos jóvenes de ayer hemos aterrizado en nuestro futuro y no nos gusta tanto. Preferíamos la época en que nuestros proyectos eran aún buenos propósitos y el mañana se abría ante nosotros, ingenuo y desafiante.

Ningún tiempo pasado fue mejor. Tampoco un futuro que sólo existe en la imaginación. Mi mejor época es la que estoy viviendo ahora. Intentaré fabricar hoy algún buen recuerdo en el que refugiarme los días de lluvia.

 

 Publicado en El Diario Vasco el Domingo, 27 de Noviembre de 2022.

Foto.- Interruptores. Barrio de Gracia, Barcelona. 8 Marzo 2020.

 

 

4 comentarios:

  1. Bakelita. dice:

    Qué recuerdos1Mi padre tenía unos gemelos con la ikurriina-Como la poli visitaba casas de “rebeldes”Mi madre los escondió en una de esas llaves.LParece suspense o así,pero era cierto.¡Tiempos!

  2. Toni Barragán dice:

    Simplemente fantástico, te han bastado cuatro miseros párrafos para realizar una nítida fotógrafía de la vida. Vive el momento, Carpe Diem, aunque a veces la pereza venza al entusiasmo y lo conseguido sea un dique para nuevos proyectos.
    Lo dicho, Fantastico.

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