Yunque/Martillo
21.12.2014

 

Escuchar lo cura todo

Hoy no quiero tus consejos. No espero que resuelvas mis problemas. No me juzgues. No me des tu opinión. No me des la solución. Me gustaría, tan sólo, que me escuches. Que dejes el reloj sobre la mesa y me regales un pedazo de tu tiempo. Escuchar lo que te cuento y escucharme a mí, sin prisa. Sin querer persuadirme. Sin impaciencia.

Tenemos tanto que decir que nos hemos quedado sin tiempo para escuchar. Somos una sociedad sin oídos. Escuchar a los demás es tan poco frecuente que hoy es el regalo más valioso. Escuchar sin interrumpir. Sin aprovechar nuestro silencio para armar el próximo argumento. Sin aportar nada más que nuestra atención. Escuchar sin ideas preconcebidas. Mirar desde otro punto de vista y, a pesar de todo, respetar la diferencia. No intentar imponerme. Quitarme las ganas de opinar. Tan sólo escuchar. Sin más.

Estos días de mantel y sobremesa son un buen momento para regalar tu atención a los de al lado. Escuchar a nuestros mayores. Conocer sus inquietudes y esperanzas. Descubrir momentos olvidados. Aprender de la experiencia de quien va muchas vueltas por delante. Escuchar a nuestros hijos. Sin interrogatorios, sin lecciones. Intentar entender cómo piensan y comprender cómo se sienten.

Escuchar a los demás es decir que nos importan sin tener que abrir la boca. Recrearte en los matices. Escuchar con la mirada. Dejarte acariciar por las palabras del que habla.

A veces hay que dimitir de ser martillo y sentirse a gusto como yunque. Aprender a recibir y no ser siempre el que golpea. Yunque y martillo son también los huesecillos que transmiten el movimiento del tímpano al oído.

Son muy pequeños pero, si no sabes usarlos, te vence la sordera.

 

 

 

 

Publicado en El Diario Vasco el domingo, 21 de Diciembre de 2014.( Versión Extendida)

Foto.- Escuchar lo cura todo. ( Escaparate de un Acupuntor). Tokio, 2014.

7 comentarios:

  1. Ignacio dice:

    Escucha activa,empatía emocional y guardar el secreto de confesión.

  2. Aran dice:

    Así es,y lo oímos, pero no lo escuchamos.Parece que lo de la sordera nos viene de serie 😉

  3. Aran dice:

    “Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente para oír más y hablar menos.”
    Zenón de Citio

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