PhotoCall
28.09.2014

 

Instamatic

Un panel estampado con decenas de marcas comerciales de colores chillones es, por definición, poco elegante. Los VIP exhiben su mejor sonrisa porque les pagan. Los aspirantes para que alguien los descubra. Los descatalogados porque hay que simular que no pasa nada para que vuelva a pasar algo. Por una u otra razón actores, cantantes, exparejas, futbolistas y otra fauna posan y atienden a los medios ante un rosario de logotipos.

Es curioso. Si escribes Photocall en Google no aparecen las estrellas de Hollywood. Las primeras entradas son de empresas que organizan bodas. Ya no hay comunión, feria de muestras, cena de empresa o inauguración de boutique que no tenga, a la entrada, una tela y un fotógrafo preparado. Nos fascina la fantasía de exponernos ante un paredón policromado y ser fusilados por los flashes de un pelotón de paparazzi. La fama, la belleza, la élite nos hipnotiza. Nos idiotiza.

Decorado. Escaparate. Monumento a la vanidad, metáfora de una sociedad que idolatra la imagen. Hoy no es preciso pensar, saber o soñar. No hace falta tener un discurso, un proyecto, una idea. Se trata de gustar, ser guapo, lucir un cuerpo atlético, vestir elegante, parecer interesante y sonreír. Sonreír mucho. Hoy sólo existes si apareces en la foto. Si queda constancia de que estabas cuando y donde había que estar.

Tiempos locos. Necesitábamos añadir un poco de glamour a nuestras vidas y lo hemos encontrado en una tela pintada con marcas.

 

 

 

 

Publicado el Domingo. 28 de Septiembre de 2014.

Foto.- Instamatic. Soho, NY. 2003.

¿Quieres comentar algo?

Rellena estos datos y envía tu comentario:

(*)

(*) (no será publicado)

* campos obligatorios