Las Moscas
13.07.2015

 

Los que miran

El hombre es cazador por instinto y aquel empleado de la limpieza era un sicólogo conductista. Cuarenta mil varones visitan cada día los servicios del aeropuerto de Schiphol, en Amsterdam. Cansado de que muchos viajeros regaran fuera del tiesto un trabajador tuvo una idea. Colocó un adhesivo, junto al desagüe de cada urinario, con la imagen de una mosca.

Las moscas atrajeron la atención de los usuarios que afinaron su puntería y concentraron sus esfuerzos en un solo objetivo. Desde entonces las salpicaduras descendieron un 80%, se ahorraron costes y se redujo el uso de detergentes abrasivos. Las moscas volaron desde Amsterdam y llegaron a los WC de todo el mundo. Aquí han proliferado en forma de araña.

Este ejemplo, un tanto escatológico, nos enseña que podemos motivar a alguien a cambiar hábitos y mejorar su comportamiento de forma positiva sin, ni siquiera, tener que pedirlo. Avisar, prohibir, castigar es inmediato pero poco efectivo. Es más agradable, y práctico, encontrar un estímulo que provoque la respuesta deseada.

Diseñar el juego y la recompensa puede motivarnos a ser mejores ciudadanos. A conducir dentro de los límites, a pedalear sin invadir el espacio del peatón, a recoger las cacas de los perros o a reciclar mejor nuestros desperdicios. Pero, ¿ qué nos mueve? ¿ Cuál es la tecla que logra modificar nuestros comportamiento?

No lo sé pero mejor dedicarnos a pensar las causas que a reprimir las consecuencias.

Por si las moscas.

 

 

 

Publicado en El Diario Vasco el Domingo, 12 de Julio de 2015.

Foto.- A los que miran. El Borne, Barcelona.

 

1 comentario:

  1. Iñaki dice:

    guille, te veo un poco ingenuo.Hablas de recompensar, en el país en el que (casi)todo es prohibir,prohibir…………….abrazote.Felices sueños.

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