Impostores
13.10.2019

 

Mr. Ice Cream BUENA BAJA

Soy los cuentos que me repito cada día y, mientras creo en ellos, no tengo rubor en defender que son sinceros. Miro, en el espejo, esos ojos que me retan y reconozco a un impostor. El autor de un melodrama que reescribe cada día su guión. Un farsante aficionado que intenta estar a la altura del papel que se ha inventado. Siento pavor a ser descubierto como un fraude pero represento mi impostura con aplomo, prolongando esta ficción hasta el día en que me cacen.

Miro a mi alrededor y descubro a otros impostores. Son mayoría.  Gente que aparenta caminar con serenidad por el alambre. Autores de una estafa piramidal. Embaucadores que fingen ser competentes, jóvenes, encantadores, leídos, cultos, atractivos, poderosos, independientes, inteligentes o sensibles para disimular que vagan, tan perdidos como yo, por este tiempo enrevesado. Usurpadores de una silla que estaba destinada para otro. Para otro impostor, probablemente.

Soy un manojo de nervios. Una sonrisa cosida con hilvanes. Un decorado de cartón piedra capaz de derrumbarse ante el primer contratiempo. Un intruso en este baile de máscaras que sólo busca ser apreciado, querido, aceptado por el grupo.

Pero que, casi siempre, se conforma con no ser desenmascarado.

 

 

Publicado en el diario vasco el domingo, 29 de septiembre de 2019. (Versión editada).

Foto.- Mr. Ice Cream. NY City, 2013.

¿Quieres comentar algo?

Rellena estos datos y envía tu comentario:

(*)

(*) (no será publicado)

* campos obligatorios