Gris
06.11.2015

Gris

Sirva esto como elogio del gris, color bastardo y sucio. Como alabanza al hijo impuro que pierde, al mezclarse, la esencia de sus padres. Borrón indeciso que mancha la luz y la inocencia del noble blanco y destiñe la intensidad del negro categórico.

Denostado por muchos, se niega al gris la categoría de color para relegarlo al papel secundario de tono. Rechazamos el gris porque con él se tiñen la nostalgia y los días laborables pero, en una sociedad que vive en blanco y negro el gris es, también, la duda, la bruma. La fisura que resquebraja los muros levantados con verdades absolutas.

Son tiempos militantes de filas prietas y adhesiones inquebrantables. De yings y yangs, de cielos e infiernos, de conmigo o contra mí. Hoy, que los colores son bandos y son banderas, se hace necesario reivindicar el valor de los matices.

Gris ceniza, hierro, hormigón, piedra, pizarra, antracita, marengo, perla, plomo, nube, visón, vidrio , grafito, estaño, cuarzo. Gris metálico y gris olivo. Hueso, ratón, pastel, carbón, humo y tantos grises como tonos y personas hay en este mundo. Gris, del holandés grijs, que significa canoso. Gris de sienes plateadas, de anciano y de sabio.

Sí, el gris es inseguro y turbio y débil y confuso. Tanto como nosotros mismos. Y también es fusión y es diversidad. Es humilde, sobrio y su elegancia discreta hace brillar a los colores que acompaña.

Gris. Tono, matiz, color de esta vida imperfecta en la que la pureza sólo existe en los tratados de teoría.

Publicado en El Diario Vasco el Domingo 1 de Noviembre en el Diario vasco.

Foto.- Gris. La habana, 2015.

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