Eslabón
06.04.2014

 

Palacio Balañá

Soy parte de una cadena. Un enlace. Una etapa. El tramo que une un antes nebuloso y un después inexplorado. Soy el resultado de una sucesión de casualidades. La consecuencia de una cadena ininterrumpida de uniones entre mis predecesores. Soy un breve capítulo en la historia de mi familia. Heredero y transmisor de unos genes, rasgos, costumbres y actitudes.

Soy eslabón de una gran cadena humana. Hablo y escucho. Doy y recibo. Produzco y consumo. Decido y obedezco.  Soy alumno y transmisor de lo que aprendo. Soy listón a superar por el siguiente. Soy una pequeña fase en la compleja cadena de valor que se requiere para investigar, crear, fabricar, almacenar, distribuir y vender productos. A veces soy yunque, otras veces martillo. A veces, soy sólo manos que pasan a otras manos el cubo lleno de agua.

Soy un minúsculo eslabón de una cadena de esfuerzos para hacer más digno este mundo. Un integrante más en esta carrera infinita de relevos. Intento transmitir aquello en lo que creo. Ser altavoz de los que hacen. Criticar lo que me indigna. Compartir un poco de lo que he recibido. Cuidar mi entorno mientras vivo, aquí, de paso. No intento batir ningún récord. Sólo espero haber cumplido cuando me toque ceder el testigo.

Soy un eslabón muy pequeño, uno más de los que integran esta gran cadena. Carezco de valor si estoy aislado. No soy nadie por mí mismo. No soy nada sin un contexto. Me gusta recordarlo, de vez en cuando, no vaya a tomarme demasiado en serio.

 

 

Publicado en El Diario Vasco el Domingo, 6 de Abril de 2014.

Foto.- Haches encadenadas. Palacio Balañá, Barcelona.

 

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