Complejos
10.11.2012

Nos invade la complejidad. Confiamos en lo que no comprendemos. Admiramos a los que no entendemos. Nos confunde, y nos seduce, la jerga estadística, la parafernalia intelectual, los diagramas y las esdrújulas.

Hasta hace poco éramos gente sencilla de sujeto, verbo y predicado. Se valoraba más la capacidad y el talento para hacer que la habilidad para decir. Era el tiempo en que simple no era sinónimo de tonto sino de fácil.
Hoy, el miedo a dar el paso, a estar expuesto, a fallar, ha creado una generación de inseguros que ocultan su incapacidad para hacer refugiándose en el análisis de lo que hacen otros.

Es el tiempo de los teóricos. Profetas de lo ya acontecido. Listos después de haber visto. Especialistas en contar qué hemos hecho mal pero incapaces de proponer cómo hacerlo bien. La crítica o el análisis han abandonado su papel original de herramienta de mejora para convertirse en un fin.

Los adjetivos han ganado la batalla a los verbos. Sufrimos una plaga de analistas económicos, asesores políticos, consultores de empresa, críticos culturales, tertulianos, expertos deportivos y demás traficantes de palabras. Diferentes nombres para un mismo perfil. Como define The Economist con su típico humor inglés: “ alguien que puede explicarte cien maneras diferentes de hacer el amor pero que no conoce a ninguna chica “. La complejidad, epidemia del primer mundo, es el parapeto tras el que una legión de insatisfechos ocultan sus complejos.


Publicado en El Diario Vasco el domingo 10 de Octubre de 2010.
Foto. Cuadro de Mandos, Atomium. Bruselas.

6 comentarios:

  1. Dani dice:

    … ya sé de quien hablas!!!! 😉

    • guille dice:

      ¡ Qué miedo !

      Haber hablado de alguien en concreto sin haberlo pretendido.
      la otra es cuando escribes un artículo y alguien, generalmente molesto, te llama y te dice
      ” Por qué has escrito sobre mi ?”

      Un abrazo, Dani.
      Gracias por pasarte por aquí.

  2. MIKEL dice:

    Es que ahora nadie admite que no sabe sobre algo. Nos da miedo preguntar y preguntarnos cosas. Pánico ante el vacío y los silencios… Hay que rellenarlo todo, aunque sea de mala manera, sin calidad.

    • guille dice:

      Provoca mucha ansiedad tener que saberlo todo.

      Yo creo que es muy higiénico entrenar para reconocer abiertamente que no sabes, que no eres el mejor, que te has equivocado o que no has cumplido con algo. Eso si, requiere mucha seguridad personal.

  3. Pepelu dice:

    …totalmente de acuerdo.
    “la claridad es la cortesía del filosofo”.Ortega y Gasset
    Un saludo guille…enhorabuena por el blog

    • admin dice:

      Gracias Pepelu,
      Te recomiendo el libro “El poder de lo simple ” de Jack Trout.
      En teoría es de marketing pero sirve para la vida en general.
      Abrazo.

Responder a admin:

Rellena estos datos y envía tu comentario:

(*)

(*) (no será publicado)

* campos obligatorios